Durante los cinco
días festivos en Semana Santa decidimos movernos a Francia. Habíamos
quedado a las 8 de la mañana para iniciar el viaje. Como siempre,
"alguno" llegó bastante tardé y por fin pudimos empezar
el viaje , no sin antes cargar la furgoneta
con todas las tablas, corchos y bicis que llevamos.
Después de llenar los depósitos de las dos furgos comenzamos a devorar
los kilómetros que nos separaban de las playas francesas. El viaje
fue un poco largo ( 3 ó 4 horas), pero al final llegamos a nuestro
destino: Unos apartamentos en "Moliets", un pueblo a 1/2
hora al norte de Hossegor.
Cuando llegamos a la playa de "Le Penon" nos encontramos
con que todo estaba totalmente desfasado y nos movimos a Hossegor
donde nos dimos un bañito.
Al día siguiente volvimos a esta playa y nos encontramos con unas
olas enormes, series de hasta cuatro metros eran cogidas por varios
surfistas , un Bodydoarder (Capdeville) y un loco del Jet ski.
Era impresionante ver a alguien con una moto de agua en estas
enormes olas, apurando cada sección y pudiendo acelerar en los momentos
más delicados. Este hombre (al que seguían varios fotógrafos) se dedicó
después a dar saltos en la orilla con la moto.
Aquí si tubo un par de malas caídas.
Durante los días siguientes fuimos y venimos del apartamento a esta
bonita y concurrida playa, ya que el mar continuaba sin bajar.
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Todos los días hizo un tiempo de verano, excepto uno que nos llovió
sin parar y no pudimos hacer otra cosa que refugiarnos en los vehículos,
encima los que iban en el furgón embarrancaron en un camino de barro
mientras estaban buscando un "secret spot" y tuvieron
que llamar a los bomberos.
Durante estas fechas, cerca de Hossegor, se abrió un mercadillo de ropa
de surf y daba pena ver a gente que se privaba de ir a la playa
y hacía colas de varias horas sólo por el hecho de conseguir una
camiseta o bañador algo más barato.
Los apartamentos a los que fuimos estaban bastante bien. Era un complejo
bastante grande dedicado al turismo, pero algo alejado de las buenas
zonas de olas. Había mucha gente de Euskadi y no hubo problemas para
estar toda la noche haciendo ruido.
Había hasta una piscina donde nos bañamos. También pudimos echar
un parido de Voley en las campas que había por todo el complejo. lo
malo es que no había nada de marcha.
En el camino de vuelta a casa fuimos bordeando la costa y paramos en
Anglet.
Allí nos dimos dos baños en "LE barre" donde nos encontramos
con unas bonitas olas de metro y 1/2 de altura. Esta playa también estaba
llena de gente pero pudimos degustar unos bocadillos antes de continuar
con nuestro regreso al hogar.
La verdad es que tenía muchas ganas de ver el pico de Hossegor
con mucho mar. La ola es impresionante. El problema es que si allí hay
grandes olas todo está desfasado y las posibilidades del viaje se acortan
porque hay muy pocos lugares adecuados con estas condiciones.,
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